Queen Elephantine (2008)

1. Queen Elephantine (5:00)
2. Ramesses II (16:28)
3. Kabir (6:51)
4. Plasma Thaw (10:04)
5. Bison (27:24)

QUEEN ELEPHANTINE resulta interesante por varias razones. Una de ellas es que procedan de Hong Kong –aunque el año pasado su líder se radicó en Nueva York (EE.UU.) y reformó la banda. Por otro lado, ellos han sabido aprovechar las posibilidades que da la Internet para ponerse en contacto con otros grupos y sellos, lo que es ha permitido, en pocos años, grabar sendos discos “split” con bandas stoner / doom / sludge como ELDER y SONS OF OTIS, ambos con buena crítica, y participar de varias compilaciones.
Así llegamos a 2008 y a este álbum debut, Surya, auto-producido y lanzado a través de su propio sello. Tuve la oportunidad de escuchar con anticipación la versión sin masterizar, y de verdad da gusto ver que el underground y la independencia pueden dar lugar a buenos frutos, como pude apreciar una vez que tuve el disco en las manos.
Pero ¿Cómo suena? Suena como un mantra hindú cantado por los hijos ilegítimos de BLACK SABBATH; suena como si un grupo de músicos de Woodstock hubieran sido secuestrados por ovnis, llevados al desierto y abandonados a su suerte con muchos discos de drone y doom. Su música es lenta y pesada, hipnótica, repetitiva, psicodélica y densa. A través de los cuatro primeros temas, se van alternando atmósferas más meditativas y viajeras –que coinciden con las canciones más cortas- con ambientes más pesados y de ritmo más marcado. Ello sin que se produzca un contraste, sino una suerte de progresión en la que pasamos de lo pesado de “Ramesses II” –de 16 minutos de duración- a la densidad hipnótica de “Kabir”.
El punto complejo, el “elefante blanco” del disco, lo constituye el último tema,“Bison”. Ya conocen la historia del elefante blanco: el rey que quiere perjudicar a un súbdito sin que se note y le regala un paquidermo albo; el súbdito agradece el exclusivo regalo, pero queda en la ruina por el elevado coste de mantener al trompudo animal. Acá sucede algo parecido: grabar un tema de 27 minutos, incluso en un disco destinado a un público al que podemos sospechar que el consumo de ciertas sustancias les conduce a buscar sonidos “cósmicos” y pegados, no deja de ser un riesgo. De parecer un puro relleno, de ser el peor tema del disco, de bajar el nivel justo al final. De todas formas, este “Bison” logra salvarse si te das el tiempo de sumergirte en sus sonidos.
Buen disco debut, en resumen; para fans de SLEEP, YOB, OM, la sicodelia y los sonidos experimentales. No se recomienda escuchar sin tiempo disponible.

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